Yo también soy el enemigo

Ayer jueves hubo pleno municipal. Una de las mociones, que presentamos conjuntamente el Grupo Municipal de Izquierda Unida – Los Verdes y el Grupo Municipal Socialista, era sobre lo ocurrido en el IES Lluís Vives de Valencia. En el texto, además de mostrar solidaridad con sus estudiantes y condenar la brutalidad policial ejercida, se pedía la dimisión de la Delegada del Gobierno y la absolución de las personas detenidas.

Creo que dije muy claramente que se agredió a personas que ejercían pacíficamente su derecho a manifestarse. Me oyeron las y los concejales y todas las personas presentes en el Salón de Actos del Ayuntamiento, aunque parece ser que hubo quien entendió que defendíamos la violencia. No sólo se llegó a decir que desde la izquierda habíamos tomado la frase de Fraga de “la calle es mía”, sino que uno de los concejales del Partido Popular llegó a llamar “terroristas callejeros” a los estudiantes y manifestantes, no queriendo retirar el apelativo cuando se lo solicitó el alcalde.

Lo dije en el pleno y lo mantengo. Estoy cansada de ese discurso de la derecha que criminaliza a las y los jóvenes. He vivido muchas manifestaciones, de las que me he defendido como he podido –la mayoría de las veces corriendo- y conozco a muchas personas que salen a la calle a reivindicar sus derechos en educación, en sanidad, laborales, etc., y no voy a consentir que las traten a todas de delincuentes. No justifico el uso de la violencia, pero tampoco que, porque haya cuatro radicales, se generalice. ¿Sólo valen las manifestaciones de la derecha en este país? Es como si yo ahora dijese que los chicos y chicas de PJES y de Jóvenes de IU que han estado en los institutos de Fuenlabrada solidarizándose con el alumnado del Lluís Vives son violentos por el hecho de salir a la calle.

Nunca permití que nadie me dijese cuándo puedo solidarizarme con una causa y salir a la calle, por eso tampoco comparto que ayer la bancada derechista del Pleno justificase que en Valencia había personas que no pertenecían al Lluís Vives. Como si lo siguiente fuese decirnos a qué actos y manifestaciones podemos acudir, tal y como pareció insinuar el Partido Popular.

Y un punto y aparte merece la actuación de UPyD. Por un lado se negaron a apoyar la moción alegando que simplemente había que pedir responsabilidades a un cargo de la policía –las responsabilidades son políticas-. Por otra parte, votaron contra la moción que pedía la retirada de la reforma laboral argumentando que como no habían oído sus alternativas y las nuestras, había que apoyar algo. Definitivamente, ayer se les cayó la máscara y se mostraron como la marca blanca de la derecha.

Mientras tanto, yo sigo siendo el enemigo.